Sunday, October 29, 2006

grandes microcuentos chilenos

El Café

Entro. El humo me envuelve inmediatamente junto a la amable señorita que me besa demasiado cerca de los labios. La tengo loca, lo sé. Me saluda por mi nombre y trae lo que sabe que quiero tomar: un cortado con canela y azúcar. Se acerca a mí y estratégicamente se agacha descubriendo su escote. La tengo loca, lo sé. Entra otro tipo, al que saluda cariñosamente y besa demasiado cerca de la boca. Maldita traidora. Termino mi café, apago el cigarro, trago la soda, dejo una moneda y parto sin despedirme, sin besos. Mañana la dejo loca de nuevo.

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